El presidente del Consejo Nacional de la Unidad Sindical (CNUS), Rafael -Pepe- Abreu, reveló ayer que el empresariado planteó a los sindicalistas en el diálogo tripartito para la reforma del Código de Trabajo que aumentarían los salarios a cambio de quitarle derechos a los trabajadores, principalmente a los futuros empleados, tales como establecer un tope de tres años a la cesantía.
Tanto Abreu como José Luis León, secretario de Acción Reivindicativa y Derechos Humanos de la Confederación Autónoma Sindical Clasista (CASC); Jacobo Ramos, presidente de la Central Nacional de Trabajadores Dominicanos (CNTD), y José de los Santos, secretario de la Confederación Nacional de Unidad Sindical, dieron garantías a los trabajadores de que sus derechos adquiridos y los que tendrán las futuras generaciones no serán reducidos y que, por lo tanto, serán defendidos en el marco de las negociaciones con el gobierno y el empresariado dominicano.
León dijo que los trabajadores no tienen culpa de la estructura de costos laborales de los empleadores, vinculada a la factura de energía eléctrica ni la firma del DR-Cafta el cual, expresó, habían advertido que provocaría la pérdida de miles de empleos en el país. Advirtió que los trabajadores tienen el arbitraje internacional para hacer valer sus derechos.
Además, manifestó que no es responsabilidad de los trabajadores el trabajo informal, porque los salarios son muy bajos en el campo formal.
Los sindicalistas externaron sus posiciones durante su participación en el almuerzo semanal del Grupo de Comunicaciones Corripio.
Por su lado, Ramos advirtió que todavía no se han entrado al diálogo los puntos más controversiales, tales como el de la cesantía.
Mantener silencio. Abreu reveló que durante el inicio del diálogo con los empresarios y el Gobierno ambos le plantearon a los sindicalistas que manejaran las negociaciones con discreción sin que de manera particular se le ofreciera informaciones de las mismas a los representantes de los medios de comunicación a lo que, dijo, el sector sindical se opuso.
El planteamiento de los empresarios y del Gobierno era que se informara a la prensa lo que se decidiera por resolución y de manera institucional.
Consideró que el silencio podía provocar más alteración y confusión.
También, el dirigente sindical dijo que los empresarios en principio se oponían a que los asesores de los trabajadores, el exvicepresidente de la República y autor del vigente Código deTrabajo y el también experto en la materia Julio Aníbal Suárez, exjuez de la Suprema Corte de Justicia, tuvieran derecho a voz en el diálogo.
Dijo que tanto Alburquerque como Suárez son voces autorizadas y especializadas en derecho laboral, por lo que no aceptaron la petición del sector empresarial. Los sindicalistas recordaron que lo que se aprobará en el Código de Trabajo serán los puntos consensuados.
De los Santos dijo que espera que el presidente Danilo Medina cumpla con la promesa de enviar al Congreso Nacional solo las propuestas con los artículos consensuados. Advirtió que de lo contrario entrarían en una etapa crucial y difícil.
“Hemos estado en la parte protocolar, ahora el proceso entrará en una etapa crucial y el movimiento sindical demostrará que está aferrado a garantizar los derechos adquiridos de los trabajadores y que no vamos a comprometer los derechos de las generaciones futuras”, subrayó Abreu.
Tanto Abreu como José Luis León, secretario de Acción Reivindicativa y Derechos Humanos de la Confederación Autónoma Sindical Clasista (CASC); Jacobo Ramos, presidente de la Central Nacional de Trabajadores Dominicanos (CNTD), y José de los Santos, secretario de la Confederación Nacional de Unidad Sindical, dieron garantías a los trabajadores de que sus derechos adquiridos y los que tendrán las futuras generaciones no serán reducidos y que, por lo tanto, serán defendidos en el marco de las negociaciones con el gobierno y el empresariado dominicano.
León dijo que los trabajadores no tienen culpa de la estructura de costos laborales de los empleadores, vinculada a la factura de energía eléctrica ni la firma del DR-Cafta el cual, expresó, habían advertido que provocaría la pérdida de miles de empleos en el país. Advirtió que los trabajadores tienen el arbitraje internacional para hacer valer sus derechos.
Además, manifestó que no es responsabilidad de los trabajadores el trabajo informal, porque los salarios son muy bajos en el campo formal.
Los sindicalistas externaron sus posiciones durante su participación en el almuerzo semanal del Grupo de Comunicaciones Corripio.
Por su lado, Ramos advirtió que todavía no se han entrado al diálogo los puntos más controversiales, tales como el de la cesantía.
Mantener silencio. Abreu reveló que durante el inicio del diálogo con los empresarios y el Gobierno ambos le plantearon a los sindicalistas que manejaran las negociaciones con discreción sin que de manera particular se le ofreciera informaciones de las mismas a los representantes de los medios de comunicación a lo que, dijo, el sector sindical se opuso.
El planteamiento de los empresarios y del Gobierno era que se informara a la prensa lo que se decidiera por resolución y de manera institucional.
Consideró que el silencio podía provocar más alteración y confusión.
También, el dirigente sindical dijo que los empresarios en principio se oponían a que los asesores de los trabajadores, el exvicepresidente de la República y autor del vigente Código deTrabajo y el también experto en la materia Julio Aníbal Suárez, exjuez de la Suprema Corte de Justicia, tuvieran derecho a voz en el diálogo.
Dijo que tanto Alburquerque como Suárez son voces autorizadas y especializadas en derecho laboral, por lo que no aceptaron la petición del sector empresarial. Los sindicalistas recordaron que lo que se aprobará en el Código de Trabajo serán los puntos consensuados.
De los Santos dijo que espera que el presidente Danilo Medina cumpla con la promesa de enviar al Congreso Nacional solo las propuestas con los artículos consensuados. Advirtió que de lo contrario entrarían en una etapa crucial y difícil.
“Hemos estado en la parte protocolar, ahora el proceso entrará en una etapa crucial y el movimiento sindical demostrará que está aferrado a garantizar los derechos adquiridos de los trabajadores y que no vamos a comprometer los derechos de las generaciones futuras”, subrayó Abreu.
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