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Hasta adonde se ha desvirtuado las luchas populares del Falpo; veamos la historia

jueves, 2 de junio de 20160 comentarios


El Frente Amplio de Lucha Popular fue fundado el 14 de febrero del 1985, en el marco de una asamblea en la que participaron representantes de diversas organizaciones culturales, vecinales, estudiantiles, etc., entre las que se encontraban la Unión Democrática de Mujeres (UDEMU), el Frente Estudiantil de Liberación Amín Abel (FELABEL), el Club Enriquillo de San Carlos, El Comité de Lucha Popular de San Carlos, etc.

Su aparición se enmarca dentro del surgimiento de amplias expectativas democráticas que había tenido lugar en el país a partir de la superación del balaguerismo en el 1978, lo cual había permitido el tránsito de las formas autoritarias y represivas del ejercicio de la dominación política durante los doce años del Gobierno del Doctor Joaquín Balaguer (1966-1978), hacia formas de ejercicio del poder de mayor nivel de representación y participación. Hay que recordar que durante esos años de gobierno balaguerista, la oposición política y, fundamentalmente, las fuerzas de izquierda fueron brutalmente perseguidas, produciéndose un baño de sangre, una fuerte represión, una gran cantidad de presos y exiliados políticos, etc.

Otros fenómenos como el de la emigración de las zonas rurales hacia las ciudades, también se profundizaron en el período señalado, acentuando el proceso de arrabalización de los barrios populares y ampliando los cinturones de miseria en la Capital, en Santiago y otras importantes ciudades del país, ampliando los niveles de pobreza.

Al mismo tiempo, se había avanzado en la consolidación de una dinámica de articulación barrial motivada desde la izquierda, desde las comunidades Eclesiales de Base y desde los remanentes de los clubes culturales y deportivos, que habían jugado un destacado papel en la resistencia popular al autoritarismo balaguerista, en un esfuerzo que relanzaba la cultura unitaria de convergencia para las acciones comunes de protesta.

De esta forma, desde finales del 1982 y durante el año 1983 comenzaron a surgir los Comités de Lucha Populares (CLP), a raíz de una serie de movimientos de protesta nacionales en los que, para operar más efectivamente, se habían venido organizando diversos comités de huelga, los cuales funcionaban de manera coyuntural, pero creaban la conciencia y la necesidad de un tipo de espacio de coordinación de las distintas corrientes del movimiento de izquierda y sectores de oposición para impulsar las protestas populares en barrios y comunidades.

En este sentido surge como necesidad la conformación de un instrumento de lucha capaz de impulsar la tormenta social en los sectores populares. En un primer momento se pensó en crear o darle vida a las coordinadoras populares. Un segundo momento implicaba la coordinación nacional del trabajo popular en base a un frente amplio de lucha popular, con lo que el objetivo estratégico de segundo momento terminó convertido en denominación de la instancia popular que finalmente fue estructurada en febrero del 1985.

OBJETIVOS:

-La consecución de tierra para los campesinos, insumos agrícolas a precios asequibles, créditos a bajos intereses, construcción de carreteras, escuelas, clínicas rurales, centros recreativos, construcción y pavimentación de las calles, mejora de los servicios de agua, luz, educación, deportes; rebaja del alto costo de la vida, reajuste de los salarios.

-Además, el movimiento se propuso ampliar los espacios para ejercer el derecho a la protesta, no pagar la deuda externa y enfrentar los planes de convertir la deuda en inversiones, anular por medio a la movilización los acuerdos con el FMI, oponerse a la privatización de las empresas estatales.

- Así mismo, luchar contra la deforestación, la contaminación ambiental y los daños ecológicos a la flora y la fauna.

En sus orígenes, el Falpo fue concebido como una instancia de coordinación de distintos espacios organizativos. Por eso su carácter de frente. Además, fue el resultado de la comprensión de que en el país y en Latinoamérica se había producido una transformación significativa en torno a los sujetos sociales, que hasta entonces había estado concentrada la atención en los sectores obreros y campesinos, muy en consonancia con la perspectiva de análisis clásicas del marxismo de que los sujetos fundamentales de los procesos revolucionarios estaban constituidos por esos sectores.

APORTES DEL FALPO A LA ARTICULACIÓN POPULAR Y RADICALIDAD DE LA LUCHA:

El Falpo, en sus 30 años de existencia, ha logrado insertarse en muchos barrios y comunidades urbanas del país. Su dinámica se ha circunscrito a la organización de las comunidades para la lucha por reivindicaciones locales, aunque coyunturalmente se ha vinculado a movimientos de protestas nacionales que levantan demandas más generales y por tanto, menos medible en su consecución.

Una de las características del Falpo ha sido la radicalidad que ha incentivado en las luchas sociales y su carácter de firmeza y alto nivel ético de sus dirigentes en el sentido de no negociar las luchas por prebendas grupales. Se destaca la mayor capacidad de protestas locales, teniendo momentos en que comunidades como Salcedo, Licey al Medio, Navarrete, etc., han sido paralizadas, incluso, durante una semana completa.

Se considera como un importante aporte la metodología de trabajo horizontal, el cara a cara con la gente, la labor cultural y educativa. Ha impuesto un método de negociación con las instancias gubernamentales basada en el reclamo de que los funcionarios gubernamentales se reúnan con las comunidades y hagan acuerdos con la comunidad, no con la organización.

LOS MARTIRES DEL FALPO:


El Falpo ha sido víctima de la más brutal represión la cual ha dejado un nefasto saldo de muertos, heridos, golpeados y apresados entre su militancia.

El 28 de septiembre del 1990, durante el desarrollo de una huelga general contra el fraude balaguerista, fue asesinado Jesús Rafael Diplán Martínez, oriundo de Licey al Medio, uno de los dirigentes fundadores del Falpo y un destacado dirigente en la zona del Cibao Central. Poco tiempo después sería asesinado el compañero Rafael Almanzar (Burrulote), en la ciudad de Salcedo. En el 1998 fue asesinado el joven Yunior Espinal, activista de base en Navarrete. En el año 1999 también cae asesinado el compañero Ramón Antonio Camilo (El Rubio), también ultimado en Salcedo. En enero del 2002 es baleado el dirigente popular Osvaldo Torres, en la comunidad de Navarrete, muriendo el 8 de febrero de ese mismo año, luego de un mes de agonía. Algunos meses más tarde cae asesinado su compañero Gabriel, también en Navarrete.

Muchos dirigentes del Falpo son mártires vivientes por el cúmulo de sufrimientos que han tenido que soportar de manos de las fuerzas represivas. Son diversos los testimonios de militantes que han sido heridos de bala, mayormente después de ser detenidos y esposados, con el propósito de lesionarlos permanentemente para que abandonen la lucha, encontrando como respuesta la firmeza en los propósitos y en los postulados de su organización. 

¿Hacia dónde va el Falpo hoy?

El Falpo ha alcanzado niveles significativos de organización en diversos pueblos y regiones del país. Entre estos cabe mencionar: el Distrito Nacional, Santiago, San Francisco de Macorís, Barahona, Azua, Higüey, San Pedro de Macorís, Nagua, San Cristóbal, Navarrete, Esperanza, Moca, Licey, Salcedo, Tenares, Fantino, Castillo, Bonao, Neiba, Los Rios, entre otros.

Ha logrado posicionarse en amplios segmentos de la población como una entidad seria, comprometida con los mejores intereses del país, y firme en la lucha. Actualmente es el único referente nacional de lucha social creíble y confiable que queda en el país.

Sus esfuerzos están concentrados en la definición de un conjunto de propuestas para el desarrollo de una estrategia de desarrollo local que será levantada en cada comunidad donde tenemos presencia, con el fin de configurar alianzas sociales y políticas que permitan la conformación de propuestas de gobiernos locales desde las bases de las comunidades.

Hoy la lucha contra la corrupción y la impunidad, las demandas locales por asfaltos, agua, energía eléctrica, construcción de obra, etc., están entre sus prioridades.

En sus 30 años de lucha, el Falpo ha sido víctima de la más brutal represión la cual ha dejado muertos, heridos, golpeados y apresados entre su militancia. El Falpo ha tenido varios coordinadores, entre ellos podemos mencionar a Rafael Bonilla y, luego le sucedió el sociólogo Fidel y el brillante joven abogado Víctor Bretón.
 

HASTA DONDE SE HA DESVIRTUADO LA LUCHA POPULAR

En los últimos años esta organización de lucha popular ha sufrido una serie de mutaciones en su accionar que en acentuados casos conlleva a una revisión profunda de sus actores, ya que algunos de sus miembros se han visto envuelto en hechos delincuenciales y “terroristas”, sin que esa organización se auto evalúe y sancione a los que incurren en esa maldita práctica.

También, se puede observar que hay un interés muy marcado por parte de las autoridades gubernamentales y sectores retrogradas de la sociedad, de eliminar física y moralmente a los miembros de esa organización, mediante el descredito, persecución y penalización del derecho a la protesta como Único mecanismo de defensa que tiene la población.

En síntesis, el Falpo con una gloriosa historia de lucha a favor de los indefensos, debe revisar sus acciones y metodologías adaptarlas a los nuevos tiempos de la lucha popular, para que puedan seguir cultivando la solidaridad del pueblo y lograr una sociedad más justa y equitativa.


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