Fiscales adjuntos de Puerto Plata difieren sobre el allanamiento al residencial La Mulata III, de Sosúa, donde un alemán resultó muerto y desaparecidos 60 millones de pesos, entre dinero en euros y prendas preciosas.
La fiscal titular, Alba Núñez Pichardo, acusó a los fiscales adjuntos José Martínez Montás y Juan Carlos Hernández Castro por actuar con irresponsabilidad en el allanamiento practicado por la Policía, ya que se les fue la mano en sus actuaciones.
Los fiscales Martínez Montás y Hernández Castro expresaron, mediante un informe enviado a la inspectora general del Ministerio Público, que la investigación de las actuaciones en el allanamiento de la Mulata III, las realizó la fiscal Núñez Pichardo junto con los policías de servicio en Sosúa, encabezados por el capitán Gerson Acosta.
Detallan que Acosta se reunió 15 días antes del allanamiento, en varias ocasiones, con la titular y varios alemanes residentes de la Mulata III y que fueron estos que supuestamente le dieron las informaciones a la Fiscalía, de las reuniones en que nunca participaron Martínez Montás y Hernández Castro, ni tampoco se les informó nada.
Sostienen que el 17 de octubre del año pasado, a las 7:30 de la mañana, recibieron una llamada por separado, hecha por la fiscal, pidiéndoles que fueran a Sosúa para ayudar a los policías en un allanamiento y que supuestamente la orden la tenía el capitán Acosta.
Añaden que tras recibir dicha orden, procedieron a trasladarse al lugar de los hechos, sin chaleco anti- balas, debido a que no se les proveyó y que fueron los únicos que estaban sin protección, poniendo en peligro la vida sin saber la magnitud de la operación.
Aclaran que no tuvieron la dirección de la investigación del allanamiento, ya que fue puesta en manos de la Policía y el acceso a ese lugar estaba muy controlado, por lo que no saben de dónde el capitán Acosta obtuvo un beeper que abría todas las puertas, ya que dicho instrumento no estaba en mano de los fiscales, pero que la fiscal titular sabía que el oficial tenía aparato.
Revelan que en fechas 13, 20 y 30 de agosto del año pasado, la titular se reunió en su oficina con los policías de la investigación, lo que nunca se les comunicó a los ayudantes, ni tampoco se les explicó el peligro que existía en el lugar.
Sostienen que se realizaron otras reuniones en la parte de atrás de una casa que no establecen su ubicación, las que dijo fueron encabezadas por el magistrado Bolívar Sánchez y el general Neel de la Policía.
Señalan que cuando llegaron todo la escena estaba contaminada, porque al lugar penetró todo el que le dio la gana de hacerlo, es decir “y así pescar en rio revuelto”.
La fiscal titular, Alba Núñez Pichardo, acusó a los fiscales adjuntos José Martínez Montás y Juan Carlos Hernández Castro por actuar con irresponsabilidad en el allanamiento practicado por la Policía, ya que se les fue la mano en sus actuaciones.
Los fiscales Martínez Montás y Hernández Castro expresaron, mediante un informe enviado a la inspectora general del Ministerio Público, que la investigación de las actuaciones en el allanamiento de la Mulata III, las realizó la fiscal Núñez Pichardo junto con los policías de servicio en Sosúa, encabezados por el capitán Gerson Acosta.
Detallan que Acosta se reunió 15 días antes del allanamiento, en varias ocasiones, con la titular y varios alemanes residentes de la Mulata III y que fueron estos que supuestamente le dieron las informaciones a la Fiscalía, de las reuniones en que nunca participaron Martínez Montás y Hernández Castro, ni tampoco se les informó nada.
Sostienen que el 17 de octubre del año pasado, a las 7:30 de la mañana, recibieron una llamada por separado, hecha por la fiscal, pidiéndoles que fueran a Sosúa para ayudar a los policías en un allanamiento y que supuestamente la orden la tenía el capitán Acosta.
Añaden que tras recibir dicha orden, procedieron a trasladarse al lugar de los hechos, sin chaleco anti- balas, debido a que no se les proveyó y que fueron los únicos que estaban sin protección, poniendo en peligro la vida sin saber la magnitud de la operación.
Aclaran que no tuvieron la dirección de la investigación del allanamiento, ya que fue puesta en manos de la Policía y el acceso a ese lugar estaba muy controlado, por lo que no saben de dónde el capitán Acosta obtuvo un beeper que abría todas las puertas, ya que dicho instrumento no estaba en mano de los fiscales, pero que la fiscal titular sabía que el oficial tenía aparato.
Revelan que en fechas 13, 20 y 30 de agosto del año pasado, la titular se reunió en su oficina con los policías de la investigación, lo que nunca se les comunicó a los ayudantes, ni tampoco se les explicó el peligro que existía en el lugar.
Sostienen que se realizaron otras reuniones en la parte de atrás de una casa que no establecen su ubicación, las que dijo fueron encabezadas por el magistrado Bolívar Sánchez y el general Neel de la Policía.
Señalan que cuando llegaron todo la escena estaba contaminada, porque al lugar penetró todo el que le dio la gana de hacerlo, es decir “y así pescar en rio revuelto”.
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