Economista Rhadamés García |
El informe presentado el pasado domingo por el Fondo Monetario
Internacional (FMI) ha destapado la caja de Pandora y generado un
maremágnum de conjeturas sobre el futuro inmediato de la economía
dominicana.
Aparte del mentís al discurso del expresidente Leonel Fernández, el
documento del FMI y las posteriores declaraciones de su equipo técnico
tras la reunión con las autoridades económicas, colocan la mirada de los
agentes económicos en el “peligro” que significa para el país la
elevada deuda pública, cuyos servicios se han disparado a niveles que
obligan a una renegociación.
El problema es que para ello los acreedores suelen exigir un acuerdo
con el FMI que permita generar confianza entre los grandes
inversionistas.
Al analizar la situación, el economista y profesor universitario
Rhadamés García González considera que en los actuales momentos las
relaciones entre el FMI y el gobierno han entrado en una suerte de
“limbo” si se toma en cuenta que de hablarse de un acuerdo “stan by” el
organismo internacional ha pasado a sugerir un acuerdo posmonitoreo que
en todo caso comenzará a discutirse en su próxima visista al país en el
primer trimestre del próximo año.
El panorama económico se complica porque, de acuerdo con el académico
y analista, las grandes empresas podrían posponer sus planes de
inversión en función de la estela de incertidumbre dejada en el ambiente
por los técnicos del FMI. Además, agrega García González, aunque ya ha
comenzado la ola inflacionaria, que por lo general se deriva de toda
reforma tributaria, todavía las capas medias y los sectores populares no
están recibiendo el peso del ajuste.
“El diablo viene en enero, cuando la población comience a comprar más
caros bienes como el azúcar, el café, el aceite, el chocolate, la
mantequilla, entre otros y cuando se dé, cómo ha de esperarse, un nuevo
ajuste de la tarifa eléctrica que se encuentra entre las más elevadas de
América Latina”, expresó el economista.
De acuerdo con el experto, “el diablo viene en enero” porque será
entonces cuando los dominicanos “comenzaremos a darnos cuenta de cuán
profunda es la crisis económica y el momento cuando se tendrán
despejadas algunas variables que ahora lucen poco claras”.
En ese sentido, lanza como preguntas lo que el gobierno tendrá que
ofrecer como respuestas. ¿Qué pasará con el sector eléctrico, serán
revisados los contratos, qué tipo de negociación se hará con los
generadores eléctricos, que son los verdaderos dueños del país?
Estas son cuestiones de las que el presidente Danilo Medina no ha
dicho una palabra, indica el exdirector del Centro Universitario
Regional de Santiago (CURSA-UASD), como tampoco de una posible revisión
del contrato con la Barrick Gold que ayudaría a aliviar el déficit
fiscal que según el FMI pasa de 200 mil millones de pesos, 8.5% del PIB y
no 8.2% como había proyectado el gobierno.
Otro aspecto señalado por García González es el referido al contexto
económico internacional, en el que observan notables cambios con
respecto al 2008, año en que –indica- comenzó a desbordarse el gasto
público. En ese momento –expone- dominaba una política de incentivos y
de estímulos de la inversión pública para contrarrestar la
desaceleración de la economía; en la actualidad ocurre todo lo
contrario, la política económica internacional imperante es de
restricción, ajustes y recortes”.
Por otro lado, añade, el gobierno está actuando como si nada de esto
estuviera ocurriendo, “sin hacer caso a las protestas sociales, sin
referirse a las acusaciones contra el expresidente Leonel Fernández, sin
tener en cuenta que las cosas podrían marchar a peor”.
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