El secretario general del Partido Comunista del Trabajo, Manuel Salazar, afirmó este miércoles que la defensa al periodista Johnny Alberto Salazar, condenado a seis meses de prisión por difamación e injuria, constituye un estímulo a la insolencia y a la agresión a la dignidad humana.
El periodista dirige en Nagua la radioemisora Vida FM.
En una declaración pública, el dirigente izquierdista, quien presume que podría ser estigmatizado, afirma que el condenado “se protege en la condición de periodista para dañar honras ajenas”.
Partiendo de ese convencimiento, Salazar dice entender la reacción de los colegas del periodista de Nagua en la sensibilidad frente a todo lo que parezca una agresión a la prensa en general y al trabajo de los periodistas, fruto de la intolerancia a la que fueron siempre sometidos.
“La práctica periodística de Johnny Alberto Salazar es una degeneración de la libertad de expresión. Sería bueno que un cuerpo de los maestros del periodismo dominicano escuche diez minutos siquiera de los comentarios que él hace y no le será difícil concluir en que ese periodismo desacredita la libertad de expresión”, dice el secretario general del PCT.
El periodista Salazar fue demandado por difamación e injuria por el abogado Pedro Baldera, dirigente del Comité de los Derechos Humanos en Nagua y militante del Movimiento Unidad y Cambio (MIUCA), y condenado a seis meses de cárcel y un millón de pesos de indemnización al agraviado.
El periodista, que ganó una regiduría en la boleta del Movimiento Social Se Puede, que dirige junto al padre Rogelio Cruz, habría acusado a Baldera de defender a “delincuentes confesos” y hecho otras imputaciones supuestamente lesivas a la honra del demandante.
“Pedro Baldera es un hombre honorable; con compromiso social bien llevado durante años, y no hay en su vida pública ni privada nada que justifique que de manera sistemática ninguna persona en nombre de nada ni encubriéndose en nada, lance tanto lodo sobre su persona”, dice el secretario general del PCT.
En su opinión, Baldera decidió acudir a los tribunales en busca de reparación de su moral después de haber soportado insultos más de lo que lo habría hecho ninguna otra persona, incluidos quienes lo defienden.
Afirmando que Salazar fue condenado “por insolente”, el dirigente de izquierda confiesa que ha decidido aceptar “hasta patadas” de los periodistas porque lo contrario es "atentar contra el periodismo y la libre expresión".
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