Desde hace un tiempo el estado dominicano viene sirviendo comida en las escuelas dominicanas integradas al sistema de tanda única, lo cual nos parece muy bien desde la óptica de una sociedad carente de recursos económicos, cuyos padres ven disminuidas sus urgencias, por cuanto al tener sus hijos alimentados en los centros educativos se ven menos apesadumbrados.
La iniciativa es buena, pero la falta de planificación, clientelismo y testarudez de los ejecutores del Ministerio de Estado de Educación ha terminado por poner la gota que rebosó la copa, pues a nadie debe caberle en la mente y muchos menos a los rectores del sistema educativo, que a una población le puede ser variado el menú de golpe y porrazo sin una campaña de concientización previa ni algún nivel de gradualidad.
Es que no se trata de criticar por criticar como entiendo las hipersensibles pieles de los funcionarios del MINERD, pero resulta lastimero ver cómo las escuelas de tanda extendida sirven un menú antojadizo, feo en la mayoría de casos, distante de lo que los niños dominicanos están impuestos a ingerir en sus cotidianidades y que por demás se les quiera obligar a ingerirlos a las buenas o a las malas sin que haya de por medio una mediación de profesionales de la psicología.
Una imagen reciente del comunicador Wilson Abréu retrata una creciente cantidad de casos correspondientes a niños de escuelas del sistema Tanda Extendida, cuyos organismos no han sido preparados para ingerir la dieta que ha sido impuesta solo para beneficiar a dueños de cocinas escolares ligados a legisladores y funcionarios estatales y para colmos violan los derechos infantiles al impedir que desde las casas los padres puedan proveerles alimentación alternativa durante los días en que la comida luce y sabe a –Malo- y frente a esto sería oportuno preguntar: -Qué dirán a esto los titulares del tribunal de menores y del Concejo Nacional de la Niñez y las instancias que velan por los derechos de los niños?
La eliminación de las cafeterías escolares, la implementación de un menú no consensuado, la búsqueda de un negocio redondo para allegados al partido de gobierno y la no observancia de menús regionales, de acuerdo a las características propias de cada zona, sumado a la falta de flexibilidad para casos específicos, nos hablan de una escuela trujillista, tirana, que viola los derechos de los infantes, por cuanto al no permitir alternativas y querer hacer cambios radicales y a la carrera resulta más la sal que el chivo.
En síntesis, volvemos sobre el tema al sugerir una campaña de concientización, flexibilidad en las ofertas culinarias, la obligación de comprar ingredientes y alimentos producidos en cada zona para incentivar el desarrollo local y por sobre todo la construcción de restaurantes en cada centro escolar como una dependencia de cada entidad educativa, manejados por el equipo de dirección y tomando en cuenta las individualidades.
Lo sugerimos como quien habla en el desierto, aun a riesgo de enojar a quienes se lucran con este nuevo de negocio que engorda la finanzas de –RESTAURANTEROS EN LA MAYORíA DE CASOS GRADUADOS AL VAPOR POR LOS TINTES DEL PARTIDARISMO OFICIAL- y eso es …Grave, señores autoridades.
La iniciativa es buena, pero la falta de planificación, clientelismo y testarudez de los ejecutores del Ministerio de Estado de Educación ha terminado por poner la gota que rebosó la copa, pues a nadie debe caberle en la mente y muchos menos a los rectores del sistema educativo, que a una población le puede ser variado el menú de golpe y porrazo sin una campaña de concientización previa ni algún nivel de gradualidad.
Es que no se trata de criticar por criticar como entiendo las hipersensibles pieles de los funcionarios del MINERD, pero resulta lastimero ver cómo las escuelas de tanda extendida sirven un menú antojadizo, feo en la mayoría de casos, distante de lo que los niños dominicanos están impuestos a ingerir en sus cotidianidades y que por demás se les quiera obligar a ingerirlos a las buenas o a las malas sin que haya de por medio una mediación de profesionales de la psicología.
Una imagen reciente del comunicador Wilson Abréu retrata una creciente cantidad de casos correspondientes a niños de escuelas del sistema Tanda Extendida, cuyos organismos no han sido preparados para ingerir la dieta que ha sido impuesta solo para beneficiar a dueños de cocinas escolares ligados a legisladores y funcionarios estatales y para colmos violan los derechos infantiles al impedir que desde las casas los padres puedan proveerles alimentación alternativa durante los días en que la comida luce y sabe a –Malo- y frente a esto sería oportuno preguntar: -Qué dirán a esto los titulares del tribunal de menores y del Concejo Nacional de la Niñez y las instancias que velan por los derechos de los niños?
La eliminación de las cafeterías escolares, la implementación de un menú no consensuado, la búsqueda de un negocio redondo para allegados al partido de gobierno y la no observancia de menús regionales, de acuerdo a las características propias de cada zona, sumado a la falta de flexibilidad para casos específicos, nos hablan de una escuela trujillista, tirana, que viola los derechos de los infantes, por cuanto al no permitir alternativas y querer hacer cambios radicales y a la carrera resulta más la sal que el chivo.
En síntesis, volvemos sobre el tema al sugerir una campaña de concientización, flexibilidad en las ofertas culinarias, la obligación de comprar ingredientes y alimentos producidos en cada zona para incentivar el desarrollo local y por sobre todo la construcción de restaurantes en cada centro escolar como una dependencia de cada entidad educativa, manejados por el equipo de dirección y tomando en cuenta las individualidades.
Lo sugerimos como quien habla en el desierto, aun a riesgo de enojar a quienes se lucran con este nuevo de negocio que engorda la finanzas de –RESTAURANTEROS EN LA MAYORíA DE CASOS GRADUADOS AL VAPOR POR LOS TINTES DEL PARTIDARISMO OFICIAL- y eso es …Grave, señores autoridades.
Por :Franklin Onésimo Tavárez Sánchez M.A.
Agencia EPC
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