¡No hay nada mejor que sentirse y estar enamorado! Pero este estado
no puede impedir que tanto el hombre como la mujer detecten a tiempo
cuándo su pareja le está sometiendo a una situación de violencia en una
relación sentimental.
Dado a que en nuestro país, la violencia de género en el noviazgo es
un tópico poco tratado, sería importante que usted determine a partir de
estos datos, si está incurriendo o no en éste tipo de relación amorosa,
para que en el futuro puedas, incluso, evitar un feminicidio.
Es por ello, que el terapeuta Luis Vergés, encargado del Centro de
Intervención Conductual para Hombres de la Fiscalía del Distrito
Nacional, explica que la violencia de género se manifiesta en
el noviazgo a través de formas que van desde niveles leves hasta
alcanzar niveles graves de manifestaciones.
De acuerdo a sus investigaciones, los niveles leves se caracterizan
por intentos de controlar tanto los espacios públicos como privados de
la mujer. Estas tentativas de control incluyen rechazo o cuestionamiento
a las actividades y amistades de la víctima.
Vergés señala que este tipo de comportamiento se manifiesta en ideas
que justifican el rol del hombre como el que lleva la voz cantante en la
relación, y a quien corresponde tomar las decisiones o validar las que
toma la pareja.
Explica que esta escalada comienza a subir cuando el agresor se enoja
con frecuencia o cuando la mujer manifiesta algún nivel de
independencia tanto en sus ideas como en sus actuaciones.
Cómo determinar el nivel de violencia. Las fases más
graves de manifestaciones de violencia en el noviazgo se manifiestan
cuando aparecen amenazas a la integridad física o insultos a la pareja.
También cuando esta se sale del libreto “escrito por el hombre”, dice el
experto.
El rol de los padres en el noviazgo. Para Vergés la
intervención de los padres de los novios en este tipo de violencia
influye de alguna manera, debido a que es más poco probable que la
violencia en el noviazgo ocurra cuando los padres le dan seguimiento a
la relación.
Dice que los padres representan un mensaje de que la mujer tiene
quien la proteja en caso de ser violentada, lo que las hace menos
vulnerable a padecer violencia.
Cuando y por qué terminar este tipo de relación.
Según Vergés, para salir de una relación de pareja como respuesta a una
conducta violenta, hay que tomar en cuenta varios factores:
1.- La intensidad de la conducta violenta. No es lo mismo una paliza que una reacción verbal de enojo.
2.- La frecuencia de la violencia. Si la conducta es reiterada probablemente el pronóstico de cambio es más pobre.
3.- Si la persona es consumidora de alcohol u otra sustancia. En este
caso el riesgo de estas personas violentas que además son consumidoras
las hacen más peligrosas.
4.- Si el novio tiene antecedentes psiquiátricos. Solo se puede
arriesgar una persona a mantener una relación denoviazgo, si la
manifestación de violencia es leve, y esto ocurre una sola vez o no
tiene antecedentes. Ocurre en un contexto donde hay una situación muy
estresante, la persona da muestras de arrepentimiento real, no niega o
le quita importancia a los hechos. Tampoco genera violencia en ningún
otro espacio o escenario, asume responsabilidad y enmienda la falta.
Con qué frecuencia se da la violencia de género en el noviazgo. Datos
estadísticos del Centro de Intervención Conductual para Hombres de la
Fiscalía del Distrito Nacional, tomados de una muestra de 3,500 casos
relacionados a la violencia en el noviazgo, señalan que ocurre en un 14%
de las veces.
Estos informes muestran, además, que en la actualidad la mayoría de
los casos de este tipo que llegan de terapia al Centro de Intervención
conductual para hombres son referidos en su gran mayoría por la Unidad
de Atención Integral a la Violencia y las fiscalías barriales.
En ese sentido, refiere el sicólogo que el Ministerio Público está
desarrollando la parte más activa en la persecución de esta conducta
como un acto antijurídico y por demás punible ante la ley. Para ello,
informa Vergés, tiene la Procuradora para Asuntos de la Mujer, así como
también una Unidad Modelo en el Distrito Nacional y el Centro de
Atención a Sobrevivientes. Además de las 14 fiscalías barriales en
distintos barrios de la ciudad Capital.
Recomendaciones. A las mujeres que son víctimas de
este tipo de violencia se les recomienda que no se aíslen de su núcleo
familiar de origen, debido a que este espacio le puede aportar una red
de apoyo y prevención.
Apunta que es importante que no nieguen, justifiquen o racionalicen
la violencia que reciben, ni que mucho menos permitan que los agresores
se salgan con las suyas, sobre la base de la violencia. “Es muy
importante reaccionar ante las primeras manifestaciones de control,
sometimiento o actitud posesiva, sin tener que esperar a formas de
violencia más intensas”.
Exhorta a las mujeres que son víctimas de este tipo de maltrato a
tener presente que la violencia psicológica, llámese insultos, amenazas,
intimidación, se denuncia y que la violencia psicológica también hace
daño.
Lamenta que muchas mujeres se autoengañan, pensando que la violencia
es lo mismo que el amor, lo que consideró como una teoría muy errada, ya
que nadie violenta en nombre del amor.
Vergés incita a la mujer a que le amen de otra forma, y si no reciben
el verdadero amor, “es mejor salir de una relación tóxica a tiempo”.
Otras señales que podrían evidenciar al verdugo “escondido”. De
acuerdo a las vivencias de Soraya Lara de Mármol, presidenta del
Patronato de Ayuda a Mujeres Maltratadas (PACAM), la violencia de género
en el noviazgopuede iniciarse con el control y aparecer de forma
encubierta o expresa.
Explica que aunque el hombre sea joven o mayor, comienza a celar y a
prohibir que la novia salga con amigas. Que no tenga amigos o a que se
divierta sin él. También critica la forma en que se viste, se maquilla o
se peina.
Otra característica de este tipo de violencia de género, apunta Lara
de Mármol, es la llamada telefónica constantemente para saber dónde y
con quién está, lo que hace que ella prefiera no salir, para sentirse
más tranquila.
Cita que el novio hace apariciones supuestamente de sorpresa, pero su
intención es ver qué hace y con quién está. La seduce para que se vaya
con él.
“Entre los tres y seis meses, el novio convence a su prometida o la
seduce rápidamente para que tenga relaciones sexuales con él. En muchos
casos, la joven queda embarazada. Luego que la usa sexualmente como
objeto de gratificación personal la abandona. Si la mujer queda
embarazada le plantea el aborto o niega que esa criatura sea de él”,
finaliza la experta.
Escrito por: WENDY CARRASCO MARTÍNEZ
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